en los baches de las calles, las baldosas rotas
en la señora que fuma y el motoquero que irrumpe
un gel adhesivo que solidifica el presente.
con los pies autómatas
traza infinitos surcos.
exuda por las hendijas de las puertas
asado, ajo y perfume.
sustancia de lo humano.
¿Cómo restarse?
Partir a la orilla o
despegar del suelo
torpes maniobras para eludirlo
su blancura al azafrán de la tarde.
Imagino en sus miradas la costa oriental.
la manada de ovejas galopa en el cielo
enredándose con la filigrana del bosque.
Rígidas y aceradas las alas de un avión
despluman un vuelo
que rebana la mirada
Y como un tentáculo del temple
de una barrida
opaca con su fluido
el ilusorio espacio.
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