miércoles, 11 de julio de 2012

caminando por avenida Belgrano

El temple urbano regurgita
en  los baches de las calles, las baldosas rotas
en la señora que fuma y el motoquero que irrumpe
un gel adhesivo que solidifica el presente.

con los pies autómatas
traza infinitos surcos.

exuda   por las hendijas de las puertas
asado, ajo y perfume.
sustancia de lo humano.

                ¿Cómo restarse?

Partir a la orilla o
despegar del suelo

                   torpes maniobras para eludirlo

allí dos garzas se elevan y le clavan
su blancura al azafrán de la tarde.

Imagino en sus miradas la costa oriental.

la manada de ovejas galopa en el cielo
enredándose con la filigrana del bosque.

Rígidas y aceradas las alas de un avión
despluman un vuelo
que rebana la mirada
Y como un  tentáculo del temple
de una barrida
opaca con su fluido
el  ilusorio espacio.


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